José Antonio Galdón Ruiz, ha sido el encargado de clausurar la I Jornada Industria y Energía, organizada por el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) y el Foro Industria y Energía (FIE), el pasado 3 de febrero en Barcelona, y que ha contado con la participación de representantes de la industria, la energía y de las administraciones públicas, y en el cual se ha defendido el modelo de colaboración público-privada.
El evento, que tenía como principal objetivo abrir un espacio de diálogo que ponga en el centro del debate la gestión energética de la industria ante el reto de la transición ecológica, ha contado con varias mesas redondas en las que se han analizado las necesidades energéticas de algunos de los sectores industriales más representativos, así como la contribución de las diferentes tecnologías al proceso de transición, en un diálogo abierto entre empresas, administraciones públicas y entidades sectoriales y académicas.
La jornada ha comenzado con las intervenciones de Pere Navarro, delegado especial del Estado del Consorci de la Zona Franca de Barcelona; Eduardo Álvarez, coordinador técnico del Foro Industria y Energía y profesor del Departamento de Energía de la Universidad de Oviedo, e Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo; y ha reunido a representantes de la administración, importantes compañías del sector industrial como BASF, Akzo-Nobel y O-I; empresas del sector energético, como Endesa, Naturgy, Enagás, Iberdrola y EnerHi, así como fabricantes de equipos industriales como Jenbacher.
Fuerte dependencia energética
Durante su intervención, el presidente de COGITI y decano del COGITIM, José Antonio Galdón Ruiz, destacó la contribución del tejido industrial al desarrollo de cualquier sociedad, así como la capacidad de influencia sobre el resto de países y en la economía global.
“En esta jornada se han realizado muchas reflexiones y son muchas todavía las que se tienen que realizar, pero es necesario hablar también de la capacidad de influencia”, señaló. Los países industrializados son los que más pueden influir en el desarrollo de los futuros económicos. “Dentro de esa capacidad de influencia tenemos, por supuesto, también el ámbito energético, y se tiene que poner este debate encima de la mesa”. En este sentido, manifestó que “el mal endémico de nuestro país se llama 85% de dependencia energética”. A lo que añadió que “no tenemos el control sobre la energía que consumimos”. Para Galdón Ruiz, es necesario cambiar la forma de demanda actual, aunque cabe preguntarse cómo vamos a suplir esa dependencia energética si no tenemos petróleo”.
También quiso incidir en que la industria es un sector estratégico fundamental, como se ha podido constatar durante la pandemia. “Hemos estado desabastecidos en determinadas cuestiones que eran estratégicas como país, y no teníamos la industria suficiente para poder llevarlo a cabo”, explicó.
Por otra parte, se refirió a la crisis de los semiconductores que afecta a los países en la actualidad, especialmente al sector de la producción automovilística. El 55% de ellos los fabrica una única empresa en todo el mundo, TMSC, que se localiza en Taiwán. “Como se pueden imaginar, su capacidad de influencia es enorme y da muestra de lo importante que es poner en valor el capital humano, las personas, porque detrás de las empresas siempre tiene que haber personas comprometidas y preparadas, que tienen que creer en la transición energética”, indicó.
“El pasado 28 de enero, el COGITI presentó el informe nacional de su V Barómetro Industrial, que recoge el sentir sobre la evolución del sector industrial, y en el que se puso de manifiesto que durante el último año ha mejorado la situación de las empresas y los profesionales de este ámbito con respecto a 2020. Sin embargo, en este informe quedó patente la incertidumbre que hay con la cadena de suministro de materias primas y ciertos productos, así como el encarecimiento de los costes energéticos y, en general, la inestabilidad política y social ”, explicó.
Además, señaló que “en España tenemos grandes empresas, muy innovadoras, pero no hay que olvidar que el 99,85% del tejido productivo está formado por pequeñas y medianas empresas, y una de sus principales preocupaciones es cómo van a modernizarse.”
Por último, habló sobre la importancia del capital humano de las empresas que innovan, cuyo valor está por encima de todo, y de cualquier proceso mecanizado. “Hay que destacar el valor de todos los profesionales relacionados con el tejido industrial. Lo importante es que avancemos en la mejora de la producción industrial, del medio ambiente y de la sociedad”, concluyó.
Nuevas oportunidades del sector industrial: fabricar mejor y más cerca
En cuanto al resto de las intervenciones, una de las principales conclusiones de la Jornada fue que el apoyo público e institucional y la inversión en I+D+i son elementos fundamentales para mejorar la eficiencia energética e impulsar su descarbonización, un proceso clave para impulsar un sector industrial competitivo que garantice empleo de calidad. Un apoyo que se mantenga en el tiempo para lograr una apuesta del sector industrial por la inversión en innovación, digitalización y eficiencia.
Pere Navarro, delegado especial del Estado del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), ha destacado la importancia de impulsar la generación de energías limpias para ge-nerar nuevas oportunidades para el sector industrial, que se encuentra en pleno proceso de transformación hacia la industria 4.0. “La industria había pasado de moda, pensábamos que teníamos que centrarnos en otras vías de generación de riqueza, pero nos hemos dado cuenta del valor fundamental del sector industrial y de que fabricar más cerca y mejor es imprescindible”, afirmó Pere Navarro.
El delegado especial del Estado del CZFB ha querido destacar que “desde el CZFB siempre hemos estado comprometidos con la industria y con la generación de nuevas oportunidades, y precisamente esta crisis ha servido para ver la necesidad de fabricar más cerca y mejor, y también de generar energías más limpias. Y aquí también estamos colaborando en proyectos como el PERTE, la instalación de placas fotovoltaicas en las empresas del polígono industrial de la Zona Franca o la puesta en marcha de la primera Hidrogenera de uso público de España”. Navarro ha añadido que “esta jornada nace de la voluntad de acercar a los diferentes actores que participan en este proceso de transición ecológica”.
En esta línea, Eduardo Álvarez, coordinador técnico del Foro Industria y Energía y profesor del Departamento de Energía de la Universidad de Oviedo, puso el acento en la importancia del almacenamiento energético, que calificó de “imprescindible” en este nuevo marco. “Tenemos que ser capaces de almacenar esta energía verde para poder proporcionarla a nuestras industrias”, recalcó.
Un objetivo común y una fuente de riqueza
La industria y la energía han ido evolucionando paralelamente a lo largo del tiempo y han tenido “un objetivo común desde sus comienzos”, destacó José Montilla, expresident de la Generalitat de Catalunya y exministro de Industria. En intervención, el expresident reclamó una política industrial fuerte, pues “no debemos olvidar que la industria implica empleo estable, cualificado y bien pagado, una balanza comercial más saneada, más inversión en I+D+i y una mejora de la competitividad”.
Respecto al proceso de descarbonización y su influencia en la competitividad industrial, Montilla puso el acento en “cómo enfocar este periodo de transición, que será largo. Tenemos que aprovechar al máximo los recursos que tenemos ahora y aprovechar la oportunidad que nos brindan los fondos europeos para descarbonizar y digitalizar los sectores productivos, en especial la industria. Tenemos que hacerlo pensando en un mercado global, en el que debemos tener capacidad para competir”, aseguró.
Y para lograr esta competitividad, Montilla destacó que la industria necesita “personal formado, un marco fiscal adecuado, estabilidad regulatoria, inversión en infraestructuras y, por supuesto, abastecimiento seguro de energía, de calidad y con un precio adecuado”.
En esta línea, Joan Romero, director executiu de la Agència per la Competitivitat de L’Em-presa, ACCIÓ, recordó que la transformación industrial va a requerir un consumo energético más elevado, lo que requerirá una búsqueda de soluciones “a varios niveles y en varias etapas”. Para ello, resulta fundamental que el apoyo público sea “permanente en el tiempo”, para que las industrias que inviertan en innovación “sepan que van a tener el apoyo de la administración”.
Como ejemplo de este apoyo público, Rafael Gaos, Jefe del Departamento de Industria del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), desgranó los programas de eficiencia energética para el sector industrial que el IDAE desarrolla desde 2015 y destacó que “la industria está invirtiendo en eficiencia energética, lo que la hará cada vez más competitiva”.
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Fuente: COGITI